Lo mucho que te quisimos
Estas líneas son para recordar lo mucho que te quisimos y lo más que te añoramos durante toda nuestra vida, tu esposa y compañera Clara y tus hijos Josué y Luís, nietos y biznietos que no te dejaron conocer.
Durante los pocos años que te dejaron estar con nosotros fuimos muy felices, porque eras un padre que se desvivía por su familia. En los años que disfrutamos de tu cariño estabas siempre pendiente de tu mujer e hijos.
Recuerdo excursiones a La Poveda (Río Jarama) con la familia y amigos. Otras veces nos íbamos a la Dehesa de la Villa, con los primos de mi madre.
Cuando la huelga de los metalúrgicos del mes de octubre, los chicos pequeños jugábamos en la calle, cuando se organizó un lío de tiros sin que los chicos nos percatáramos del peligro. La portera cerró el portal dejándonos en la calle sin poder recogernos, en esto llegaste, y nos hiciste entrar a casa, y la bronca que le echaste a la portera, sonaba más que los tiros.
Tu vida nos sirvió de ejemplo, pues siempre recordaré que unos días antes de asesinarte, cogiéndome en brazos, me dijiste: "Hijo, lleva con orgullo mis apellidos porque yo no he hecho daño ni mal a nadie".
En aquellos tres meses que siguieron a tu encarcelamiento, el sufrimiento de mi madre y, por consiguiente el de todos, fue terrible, pues los asesinatos eran continuos, y el miedo se agigantaba. El fatídico día 5 le devolvieron la ropa tuya a tu mujer y comprendió la desgracia que nos caía encima, pues no hacia todavía 5 horas que te habían asesinado.
Esta carta la escribe tu hijo Josué 70 años después de tu muerte
Josue Lillo
.....................................................
Hola abuelo.
Nunca te había escrito, ni tú a mi, claro ¿cómo ibas a hacerlo, si te mataron muchos años antes de que yo naciera?
Hoy me decido a hacerlo por primera vez, ¿el motivo?, se cumplen 70 años de tu asesinato y quiero contarte cosas, las cosas que no te dejaron conocer.
No te voy a contar que os traicionaron, que fue un golpe de estado premeditado, que como a ti, fueron asesinando a muchísimos más, que lo siguieron haciendo durante muchos años, que su intención era exterminaros a todos, a todos los que soñasteis con la justicia y la libertad, con igualdad para todos sin distinción de sexo, raza y religión.
No te voy a contar que os insultaron, que os difamaron, que vejaron a vuestras mujeres e hijos, a vuestras familias, familias de rojos, marcados por el estigma del odio y la discriminación, condenados a llevar una vida de miseria y de miedo, "son familia de un rojo...".
No te voy a contar que aun hoy después de 70 años, todavía hay personas que no saben donde enterraron a sus muertos y a los que lo saben, no les dan facilidades para dignificarlos.
Te voy a contar que tu mujer, Clara, con grandes esfuerzos, saco a tus dos hijos adelante, Josue y Luis, que fueron y son buenas personas, que tienes cinco nietos y ocho biznietos, que honran tu memoria.
Te voy a contar que vuestro sacrificio no fue en vano, que vuestro ejemplo fue seguido, que no consiguieron acabar con todos.
Te voy a contar que podemos expresarnos libremente, que aunque vuestros asesinos hayan prosperado y nos machacaran durante 40 años, las cosas no son como ellos querían que fueran, en tu memoria y en la memoria de todos los asesinados, no vamos a dejar de luchar por la libertad.
Gracias a todos los que disteis vuestra vida por un mundo mejor.
Salud, compañeros.
Durante los pocos años que te dejaron estar con nosotros fuimos muy felices, porque eras un padre que se desvivía por su familia. En los años que disfrutamos de tu cariño estabas siempre pendiente de tu mujer e hijos.
Recuerdo excursiones a La Poveda (Río Jarama) con la familia y amigos. Otras veces nos íbamos a la Dehesa de la Villa, con los primos de mi madre.
Cuando la huelga de los metalúrgicos del mes de octubre, los chicos pequeños jugábamos en la calle, cuando se organizó un lío de tiros sin que los chicos nos percatáramos del peligro. La portera cerró el portal dejándonos en la calle sin poder recogernos, en esto llegaste, y nos hiciste entrar a casa, y la bronca que le echaste a la portera, sonaba más que los tiros.
Tu vida nos sirvió de ejemplo, pues siempre recordaré que unos días antes de asesinarte, cogiéndome en brazos, me dijiste: "Hijo, lleva con orgullo mis apellidos porque yo no he hecho daño ni mal a nadie".
En aquellos tres meses que siguieron a tu encarcelamiento, el sufrimiento de mi madre y, por consiguiente el de todos, fue terrible, pues los asesinatos eran continuos, y el miedo se agigantaba. El fatídico día 5 le devolvieron la ropa tuya a tu mujer y comprendió la desgracia que nos caía encima, pues no hacia todavía 5 horas que te habían asesinado.
Esta carta la escribe tu hijo Josué 70 años después de tu muerte
Josue Lillo
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Hola abuelo.
Nunca te había escrito, ni tú a mi, claro ¿cómo ibas a hacerlo, si te mataron muchos años antes de que yo naciera?
Hoy me decido a hacerlo por primera vez, ¿el motivo?, se cumplen 70 años de tu asesinato y quiero contarte cosas, las cosas que no te dejaron conocer.
No te voy a contar que os traicionaron, que fue un golpe de estado premeditado, que como a ti, fueron asesinando a muchísimos más, que lo siguieron haciendo durante muchos años, que su intención era exterminaros a todos, a todos los que soñasteis con la justicia y la libertad, con igualdad para todos sin distinción de sexo, raza y religión.
No te voy a contar que os insultaron, que os difamaron, que vejaron a vuestras mujeres e hijos, a vuestras familias, familias de rojos, marcados por el estigma del odio y la discriminación, condenados a llevar una vida de miseria y de miedo, "son familia de un rojo...".
No te voy a contar que aun hoy después de 70 años, todavía hay personas que no saben donde enterraron a sus muertos y a los que lo saben, no les dan facilidades para dignificarlos.
Te voy a contar que tu mujer, Clara, con grandes esfuerzos, saco a tus dos hijos adelante, Josue y Luis, que fueron y son buenas personas, que tienes cinco nietos y ocho biznietos, que honran tu memoria.
Te voy a contar que vuestro sacrificio no fue en vano, que vuestro ejemplo fue seguido, que no consiguieron acabar con todos.
Te voy a contar que podemos expresarnos libremente, que aunque vuestros asesinos hayan prosperado y nos machacaran durante 40 años, las cosas no son como ellos querían que fueran, en tu memoria y en la memoria de todos los asesinados, no vamos a dejar de luchar por la libertad.
Gracias a todos los que disteis vuestra vida por un mundo mejor.
Salud, compañeros.
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