Querido hermano Eudaldo
Tu obra y tu trabajo en el pueblo de la Torre de Esteban Hambrán fueron muy valiosos. Asi fueron reconocidos por todo el pueblo.
El tribunal asesino del enemigo también lo tuvo en cuenta y por ese resultado se vengó.
Tu recuerdo queda permanente, no es olvidado.
¿Cómo podemos olvidarlo la familia ?
Tu hermano Daniel, que no te olvida.
Daniel Serrano Recio (24 de mayo de 2019 París).
Querido tío Eudaldo
Carta a Eudaldo Serrano Recio desde París el 8 de mayo de 2019
Te escribo desde París, donde hoy, 8 de Mayo
de 2019, se celebra el Día de la
Victoria sobre el nazismo.
Esta tarde pondré flores al monumento que
celebra esa victoria y homenajea a las
víctimas y héroes de la Resistencia y sacaré ante el monumento, cercano a la
casa de tu hermano Daniel, mi padre, la bandera tricolor de vuestra República,
la República que le fue robada a España por las fuerzas de la reacción, esos
falangistas y caciques de vuestro pueblo y de toda España, aliados con las
fuerzas reaccionarias del fascismo europeo y del nazismo.
Esas flores serán también para tí y para los
que defendisteis en la Torre de Esteban
Hambrán, Toledo, las conquistas del Frente Popular de febrero de 1936, porque
estabais en lo cierto, teníais razón de querer establecer la justicia social
por la que tanto habíais luchado desde siempre, con los socialistas (habíais fundado una
agrupación en el pueblo) por un aumento
del jornal, por que no se dejara en paro a los obreros, por
que los niños tuvieran escuela, por que no fuera obligatorio aprender catecismo
en la escuela, por que votaran las mujeres, por que hubiera un seguro en caso
de enfermedad, por un teatro (el Teatro Arniches) y un baile de las izquierdas.
Mi padre me ha contado miles de veces
vuestras hazañas, vuestro empeño, el del Frente Popular, vuestra proclamación
de la República, vuestros ideales de fraternidad con la Unión Artesana,
afiliada a la UGT, de cultura asequible y laica, con el baile de las izquierdas
y el Teatro Arniches, que encantaron su
niñez y su adolescencia.
He oído miles de veces, aquí en París,
hablar a mi padre de los aperos de labranza, de los 40 pares de vacas dados por el gobierno a los labradores y jornaleros para labrar el Monte Alamín a
partir de febrero de 1936, de aquellos barbechitos que se hicieron entonces y que
se debían sembrar cuando estalló la sublevación, aquel mes de julio en que las
derechas dejaron las mieses en las eras, sin recoger, porque esperaban la
llegada de las tropas sublevadas. Mi padre me habló miles de veces de los aviones
alemanes que asustaron a los pueblerinos durante todo el verano.
Miles de veces me contó mi padre cómo el
maestro admirado don Juan Antonio Moyano quitó el crucifijo de la escuela en
1931 ; cómo sofocasteis la sublevación
de los caciques, falangistas y Acción
católica y organizasteis la defensa del pueblo en julio de 1936 ; cómo salisteis del pueblo camino de Madrid en octubre de 1936, cuando llegaban
noticias dramáticas desde las zonas ya en manos de los sublevados.
Miles de veces mi padre contó cómo guardaste,
como teniente alcalde encargado de la Reforma Agraria y de la construcción de
las escuelas, los bonos del gobierno que
sobraron de la construcción de las escuelas, que en julio estaban por acabar y cómo vino vuestro primo Valentín Recio a la cárcel de Porlier a
preguntarle por los bonos que se quedaron en la calle Covarrubias de Madrid,
donde os detuvieron en abril de 1939.
Mi padre cuenta aún con entusiasmo, cómo te ayudaba
a escribir los papeles que en invierno hacían los actores (o sea los
pueblerinos y pueblerinas) del Teatro Arniches, en el que hiciste de Juan José,
de Dicenta.
La ilusión de mi padre por la música, el
teatro, el cine, la lectura y su pasión por la justicia social, reivindicada
también aquí, en Francia, en sus años de militancia política, reivindicación
antes que nada republicana, a tí, querido tío Eudaldo, te las debe en gran
parte. Con tu ejemplo se forjó parte de la personalidad de mi padre.
Por eso te doy las gracias y no te olvido,
por haber dado esa fe en la fraternidad a mi padre, para quien fuiste un
hermano atento y tierno y un ejemplo,
un ideal.
Nunca te olvidaremos y esperamos que un día
se lea tu nombre y el de los que contigo fusilaron el 6 de marzo de 1941 (algunos
parientes del alcalde Pedro Caballero
Bermúdez, fusilado en Talavera) no solo en Madrid, sino también en un monumento
en la plaza de tu pueblo adonde irán con el consejo municipal a depositar
flores tricolores los niños de la Torre de Esteban Hambrán el 6 de marzo de
cada año, lo que por ahora hago yo en Saint-Denis, en la placa de la Calle a
las Víctimas del franquismo y el 8 de mayo ante el monumento a la Victoria de
las fuerzas aliadas contra el nazismo de la Courneuve o ante monumentos de París.
¡Memoria es
Democracia !
¡Viva la
República !
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