Eras tú
Hola abuelo Eugenio.
Dentro de unos días voy a juntarme con unas personas que no conocía de nada pero que, por azar, he tenido la suerte de que se cruzasen en mi camino. Son como tu y como yo, normales, pero tienen algo especial: son personas. Y digo esto por todo el espectro de la palabra y lo que conlleva.
Un día, buscando por Internet una referencia sobre la empresa de mi hermano, vi como en Google había un Eugenio Pérez Carralero que había sido fusilado en la posguerra. "Vaya, si se llama como mi hermano" pensé. Luego recordé que el padre de mi padre se llamaba Eugenio, por lo que, como mínimo, también se llamaría Pérez de primer apellido y lo curioso es que mi segundo apellido es también Carralero.
Dentro de unos días voy a juntarme con unas personas que no conocía de nada pero que, por azar, he tenido la suerte de que se cruzasen en mi camino. Son como tu y como yo, normales, pero tienen algo especial: son personas. Y digo esto por todo el espectro de la palabra y lo que conlleva.
Un día, buscando por Internet una referencia sobre la empresa de mi hermano, vi como en Google había un Eugenio Pérez Carralero que había sido fusilado en la posguerra. "Vaya, si se llama como mi hermano" pensé. Luego recordé que el padre de mi padre se llamaba Eugenio, por lo que, como mínimo, también se llamaría Pérez de primer apellido y lo curioso es que mi segundo apellido es también Carralero.
Me dio un vuelco el corazón. Eras tu. Te conocía pero no sabía mucho acerca de ti. Se que te habían fusilado en la guerra, pero eso era tema tabú en la familia desde siempre. Vi que había un par de páginas pero me llamo la atención una de las dos en las que se hablaba no de la guerra civil sino de la represión posterior.
Crucé unos cuantos emails con un tal Tomas y una tal Eva y comencé a descubrir tu historia y la de muchos como tu.
Interrogué a mi padre sobre tu vida, la de mi abuela... y fue un mal comienzo porque no pude abrir ese capítulo de tu historia que se estaba haciendo ya mía. Vino a mi casa y le empecé a enseñar esa página que ya había ubicado en favoritos de mi ordenador y pude iniciar el camino hasta lo que es hoy mi pequeño homenaje.
Curiosamente me daba más información mi madre que mi padre. La verdad es que fue ella la que removió todos los papeles para que le dieran una pensión de viudedad a mi abuelilla Raimunda, tu mujer. Recuerdo como mi padre, tu hijo mayor, no podía articular frases encadenadas. Cada tres palabras eran cortadas por un correr de lágrimas y un movimiento involuntario e incontrolado de la barbilla impidiendo pronunciar todo lo que le salía del corazón. Esa mezcla de rabia contenida y alegría.
Rabia porque aunque mi padre no ha tenido estudios si ha tenido educación. Y era esta la que le prohibía decir palabras malsonantes sobre lo que pensaba de ese capítulo de su vida, ahora la nuestra.
Alegría porque con esto sabía que su padre no había sido olvidado. Uno de sus nietos estaba ayudándole a conocer mas cosas que ni él mismo conocía.
He leído, releído y vuelto a leer tus cartas. Ya casi me las sé de memoria.
Reconozco que desde que las tengo en mi poder no sé si soy mejor persona o no, pero te ayudan a darte cuenta que si tienes un ideal hay que luchar por él. Hay que ser mesurado y dialogante. Todo lo contrario que los que te ejecutaron.
Se puede decir que ahora tengo una familia muy grande, llena de buenas personas y con muchas cosas en común.
Mañana es el cumpleaños de tu biznieta Alicia. Ya cumple 9 añazos!!! Fue mi mejor regalo del día del padre. Y esto me recuerda que el fin de semana bajaré al pueblo, a Fuentidueña de Tajo a celebrar los dos eventos con tu familia. Pienso llenar de besos la calva de tu hijo mayor y celebrar con él los mas de 70 días del padre que no pudo hacerlo contigo. Brindaremos por todo y por ti, claro está!!!
Abuelo, este verano voy a cumplir 42. Un mes y un día antes del aniversario que dejaste de vivir en tu cuerpo para vivir en la mente. No pude hacerlo contigo en vida pero cuando llegue mi hora, iré donde tú estas y allí mismo brindaremos por todos esos eventos que no pudimos y nos reiremos de la vida.
Tu nieto que te quiere:
Juan Carlos Pérez Carralero, Karlhitoss para ti.
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