Las cosas que nunca te dije son esas que ni siquiera yo puedo explicártelas con palabras. Las cosas de los sentimientos, las cosas del amor, el cariño y la nostalgia, esas que se sienten desde lo más adentro.
Te recuerdo y te digo todo aquello que quizás no te dije, pero que sabías y respetabas, en esta carta de despedida.
No ha habido día en el que no he agradecido el poder encontrarte en mi camino y conocerte. Porque aunque ya no seamos los mismos, aunque esta sea una carta de despedida, yo no lo considero, porque no quiero hacerlo y porque creo que decirte adiós para mi es algo imposible.
Tu hija
Elisa del Moral a su padre Antonio del Moral
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